Capitán América: El héroe por antonomasia.

 
Lo mejor: Sus genuinos títulos de crédito y su esencia años cuarenta.
Lo peor: El final y pagar por verla en 3D, no merece la pena.

Capitán América no defrauda, aunque se podía espera más de este film que reclama encontrarse en la estela del mejor cine de aventuras, listo para rodar su marca de clásico demodé. Lo cierto es que la película entretiene y está bien configurada, centrándose más en la historia del personaje (con sus guiños, debilidades y fortalezas) que en la acción, medida en general, sin desbordarse y regalando grandes escenas como esas pasarelas que, sobre múltiples explosiones, separan al Capitán de su antagonista (cavernoso, rojo y maligno en la piel de Hugo Weaving). Evans encaja perfectamente con el personaje del escudo (lo mejor del traje), pero quien reluce de verdad entre tanto secundario de lujo (desde Tommy Lee Jones a Richard Armitage, Stanley Tucci, Toby Jones o Dominic Cooper) es la inglesa Hayley Atwell, que en su papel de Peggy, huye (al fin) del concepto mujer-florero.

El héroe auténtico, por definición, es este Capitán América. El protagonista queda convertido aquí en defensor de valores entre patrióticos y humanos (conste que el guión se ríe de esa USA arquetípica a la vez que la ensalza), y que acaba, al fin y al cabo, tratándose sólo de "un buen tipo". Por otra parte, lo cierto es que al final más que un hervor, lo que le falta es un corta y pega que le añada enjundia y elimine el trauma de la modernidad neoyorquina (más no puedo leer, que estaríamos llegando al Spoiler). En cualquier caso, el espíritu de los cuarenta que arropa la cinta y el estilo narrativo de su guión, hacen que uno salga del cine con la sensación de que no ha ido a ver otra peli Marvel de comiqueo, sino un film de los de antes (o casi).

PD Si sois fans de los vengadores, quedaos hasta el final de los créditos, que hay sorpresa.

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