Recomendación cinéfila: Melancolía - El poético apocalipsis de Von Trier.
El Lars Von Trier menos destroyer y más iluminado ha conseguido abrirle las puertas del Olimpo a una de las mejores películas del año. En mi opinión, muy por encima de la sobrevalorada Drive. Melancholia
sabe reunir la extrema originalidad de su director con una puesta en
escena preciosista, imaginativa, metafóricamente sutil y visualmente
sobrecogedora.
El final es definitivamente brutal. Kirsten Dunst está más que soberbia en su papel, cambiante, bipolar, melancólico y sereno. La suerte de la locura. Charlotte Gainsborough, la otra mitad de Dunst, como el propio Von Trier ya ha dejado caer, resulta ser, como siempre, una muy poderosa actriz. Como las dos caras de una moneda, sus personajes, dos hermanas enfrentadas al devenir del destino, dibujan entre potentes imágenes y proféticas líneas de guión cuál es el temor del hombre, el propio miedo, y cómo el sufrimiento puede ser tan letárgico como catártico. El profundo lazo de la familia aparece como un signo distintivo, represivo, pero también un anclaje a la vida y la muerte de lo más poderoso.
Melancholia es una obra de arte, de un refinamiento supremo y aún mejor, dotada de una astucia, una inteligencia artística y narrativa tan genuinas de Von Trier y tan bien concebidas que resulta incomprensible cómo no le dieron el premio en Cannes, a pesar de todo, se lo merecía con creces. Esta película es como de otro mundo. Extremadamente recomendable.
El final es definitivamente brutal. Kirsten Dunst está más que soberbia en su papel, cambiante, bipolar, melancólico y sereno. La suerte de la locura. Charlotte Gainsborough, la otra mitad de Dunst, como el propio Von Trier ya ha dejado caer, resulta ser, como siempre, una muy poderosa actriz. Como las dos caras de una moneda, sus personajes, dos hermanas enfrentadas al devenir del destino, dibujan entre potentes imágenes y proféticas líneas de guión cuál es el temor del hombre, el propio miedo, y cómo el sufrimiento puede ser tan letárgico como catártico. El profundo lazo de la familia aparece como un signo distintivo, represivo, pero también un anclaje a la vida y la muerte de lo más poderoso.
Melancholia es una obra de arte, de un refinamiento supremo y aún mejor, dotada de una astucia, una inteligencia artística y narrativa tan genuinas de Von Trier y tan bien concebidas que resulta incomprensible cómo no le dieron el premio en Cannes, a pesar de todo, se lo merecía con creces. Esta película es como de otro mundo. Extremadamente recomendable.
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