Dedicado a: tom Hiddleston.

Que Tom Hiddleston se ama es una verdad lapidaria y archiconocida tan evidente como su espléndido acento inglés. Tom se ama, y mucho. Por eso su inagotable self-appeal y sus dotes para venderse y dejarse querer por sus fans son sus mejores armas. Puede que Tom lleve una camiseta que rece “I love Chris Hemsworth” pero su Loki viene dejando al soso cachazas de Thor mordiendo el polvo. Hiddleston, que se ganó el papel del hermanastro irónico y manipulador del Dios del trueno gracias a su excelente relación con Keneth Branagh, con quien trabajó en la serie Wallander, ha sabido explotar el enorme cariño que el mundo friki le ha dedicado al personaje y durante la promoción de Thor: El mundo oscuro ha sabido sacar a la luz todo su potencial como show-man. Desde su charla en el Nerd HQ y su aparición en el pasada Comic Con, pasando por su muy activa cuenta de Twitter y llegando hasta ese baile frente a las hordas de fans niponas.

Hiddleston ha demostrado que tener una poderosa autoestima es clave para hacer de esa faceta pública del actor un punto de soporte para sus excelentes trabajos en cine y televisión. Ha trabajado con Spielberg (War Horse) o Woody Allen (Midnight in Paris); demostró en esa delicia dramática que es The Deep Blue Sea(no la de los tiburones asesinos, claro) que podía enamorar a Rachel Weisz hasta la locura y en la más reciente producción de la BBC, The Hollow Crown, se vistió de rey inglés entrando a formar parte de ese selecto grupo de actores británicos que saben que los period drama tienen tanta relevancia en su país natal como los blockbuster a nivel mundial. De hecho, sus primeros pinitos ya los hizo rodeado de viejas glorias en Regreso a Cranford. Con todo, la realidad es que nadie se merecía más (¿quizá Jennifer Lawrence?) inaugurar esta sección de “Dedicado a” porque si hay algo que da solidez a un actor es que sepa comportarse con la misma elegancia delante y detrás de la pantalla y Tom Hiddleston es, a día de hoy, no sólo el mejor representante de sus películas, sino posiblemente el equivalente masculino de la gloriosa (y algo excéntrica) Emma Thompson. Y es que Loki sabe como conquistar el corazón de su público.
 

 

 

 

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