Película del mes: Gravity

Más allá de las preferencias individuales, Gravity es desde ya un hito del cine actual. Éste hecho irrebatible se lo debemos a la maestría técnica y visual de Alfonso Cuarón en el larguísimo plano secuencia que abre el film. Decir más sería espoilear la experiencia para aquellos insensatos que aún se resistan (con 3D o sin él) a ver este drama espacial tan adrenalítico como sosegado.

Y es que desde el primer segundo, literalmente, el espectador es transportado a la inmensidad y la majestuosidad del universo con una potencia visual evocadora y naturalista reflejada en armoniosas escenas contemplativas de la Tierra. Captando la emoción que supone observar toda esa grandeza y a la vez recordándonos constantemente que estamos fuera de ella, como espectadores de una gran obra maestra. Transita, además, por los periodos de inquietud con un pulso acelerado e irreversiblemente vinculado a la destreza de Cuarón (director, co-guionista y co-montador) para sumergirnos en el aterrador silencio donde habitan las estrellas y las estaciones espaciales, como basura industrial de un colonizador descuidado. El film nos asoma con inteligentísimas escenas de acción a lo vertiginoso del espacio, un vacío en el que el espectador cae por primera vez como nunca lo había hecho antes.

James Cameron (como inteligente productor de la cinta) ha dicho que Gravity es la mejor película del espacio hasta la fecha. Esto puede ser rebatido (¿2001 Una odisea en el espacio?), pero su belleza es innegable. Igual que su pulso narrativo, que mantiene al espectador al borde del abismo y consigue que no nos importe el destino del viaje, sino el viaje en sí mismo. Es esta una película cuyo engranaje es eminentemente cinematográfico y que pretende acelerar el corazón y ralentizarlo a fuerza de tiempos medidos, y técnica. Un cine donde prima la imagen frente al diálogo y aún así es capaz de contar una historia. Consigue emocionar a pesar de poder recurrir a pocas herramientas, y sabe explotar sus contados escenarios con maestría. No apuesta por un hábitat inmersivo, casi claustrofóbico, como el de Apolo 13, sino por la vastedad agorafóbica del espacio y en un acto de genialidad, Cuaron ha sido capaz de transmitir de forma constante un desasosegante vértigo imposible de sentir en un espacio donde no se puede caer. Tampoco se somete a todos los clichés del thriller espacial, como ocurría en Sunshine (Danny Boyle), aunque sí se acoge al poder hipnótico de las imágenes, de un realismo que deja sin aliento. Y se recrea en otros planos de intimidad y poderoso silencio, como esa metáfora fílmica del útero materno donde el personaje de Sandra Bullock puede sentirse a salvo.

Así, resulta casi decepcionante pensar que Bullock se llevó la estatuilla dorada por una película tan indiferente y blandita como The Blind Side, lo que la deja fuera de la quiniela de ganadoras de los próximos Oscar con este papel, mucho más a la altura de sus desaprovechadas posibilidades dramáticas. Clooney, por su parte, ha sido la mejor elección para un papel amortizadísimo e hilarante, y es que el tío George siempre llega a la fiesta en el mejor momento. Cuaron y co. pueden sin duda sentirse orgullosos de haber construido desde los cimientos de un guión propio, un film de tan altísima calidad y que, indiscutiblemente, tiene que verse en una poderosa y enorme pantalla cinematográfica.

PD - Comentar que el excelente uso del plano secuencia no es novedad en las películas de Cuaron, sin ir más lejos, en Hijos de los Hombres usa este recurso varias veces y siempre con excelentes resultados.

Comentarios

  1. Me parece una acertadísima crítica. estoy de acuerdo en todo, e incluso en la duda respecto a "2001 una odisea en el espacio". Gracias!!!

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